top of page

Como aumentar la producción de marihuana, para conseguir el máximo peso en el mínimo espacio. Algo que inquieta a todo cultivador, sea aficionado o profesional, es conseguir la mayor cantidad de producción posible y con la mejor de las calidades.

 

Ante todo hemos de tener en cuenta, al margen de estigmatizaciones que puedan surgir, que cada cual tendrá sus motivos para conseguir una mayor producción. Ya sea amortizar el gasto energético del cultivo, hacer cultivos alternativos y no durante todo el año con suficientes reservas, presentación a concursos o catas, o sencillamente, porque son varios los consumidores en la familia.

 

En este artículo haremos un repaso por algunas de las técnicas usadas por cultivadores experimentados y que han sido empíricamente testadas para poder conseguir la mayor de las producciones intentando mantener, en la medida de lo posible, la mejor calidad, sabor y potencia psicoactiva en la misma.

 

Antes de empezar, aclararemos que:

 

  • Esta guía trata de equiparar condiciones de cultivo, atendiendo únicamente a las variables que afectan al mejor desarrollo del mismo. Todos sabemos que plantando más superficie, tendremos más cosecha… pero hablamos de hacerlo lo más eficientemente posible.

 

  • Las diferencias estructurales de las variedades índicas y sativas hacen que las primeras, por lo general, tengan una mayor producción. Ya que suelen espigarse menos y ramificarse más y generan cogollos más unidos en las ramas y más compactos.

 

  • Un mayor número de plantas por espacio de cultivo, no es sinónimo de mayor producción final. Probablemente el exceso procure una mayor humedad, aparición de enfermedades y restará luminiscencia a la totalidad de las plantas.

 

  • Un sobreabonado o exceso de luz y/o de agua, no va a proporcionarnos una mayor producción. Seguramente acabemos estresando la planta.

 

  • Las prisas y la aceleración del desarrollo normal de las plantas o su sometimiento a estrés vegetativo tampoco favorece una buena producción, ya que puede hacer que no termine bien el desarrollo del cogollo o incluso que se desarrolle deficientemente. (espigado por ejemplo).

 

La primera cuestión que debemos plantearnos es, en esencia, de qué factores depende la producción agrícola en general, y cannábica en particular.

 

Nosotros distinguiremos fundamentalmente tres factores determinantes en la producción final: la naturaleza de la planta en cuestión (en este caso la genética de la variedad a cultivar), la aportación de nutrientes (riego de agua y abonado) y por último, y no menos importante, los agentes climatológicos (temperatura, humedad y fotodependencia).

 

 

Genética:

Lo principal a la hora de poder conseguir una mayor producción, es centrarnos en las variedades quegenéticamente tengan mayor predisposición al crecimiento y desarrollo floral. En esta búsqueda, hemos de tener en cuenta que las variedades autóctonas (o landrace) tendrán una menor producción en comparación, por ejemplo, con híbridos modernos de los distintos bancos de semillas. También es cierto que la esencia y potencia que la caractericen, seguirá conservándose mejor en dichas variedades originarias (en semillas regulares por ejemplo) que en los híbridos.

 

Así, no será lo mismo coger una variedad autofloreciente a una feminizada y de la misma forma, dentro de cada una de ellas, no será lo mismo escoger una u otra variedad.

 

Algunas de las variedades más famosas por su alta productividad son la Big Bud (Sensi Seeds), la Critical + o la Industrial Plant
(Dinafem), Monster (Eva Seeds), Critical Kush (Barney’s Farm), King Kong (Dr. Underground), White Rhino (Green House) o la Blue Rhino o Somango 47 (Positronics), entre otras.

 

En este sentido os invitamos a consultar a nuestros expertos para determinar más variedades que son potencialmente productivas.

 

Nutrientes:

Una cosa es segura. En unas condiciones normales y no excesivamente adversas, la planta prosperaría. No son pocos los lugares en los que el cannabis crece de forma silvestre sin ningún tipo de cuidado. Eso sí, el abonado y regado adecuado y periódico,marcará la diferencia entre un “yerbajo silvestre” y una planta robusta y con buena producción.

 

Utilizar un buen sustrato, buenos abonos usados adecuadamente en cada fase de desarrollo y realizar un riego en su justa medida, nos proporcionará mayor satisfacción en la producción.

 

La periodicidad del riego dependerá generalmente del sustrato. Cuando esté seco o casi seco en su totalidad se procederá al riego y no antes, para evitar la acumulación de agua y la consecuente podredumbre de las raíces.

 

Respecto a los abonos. Pasan por el enraizante, abono de crecimiento, de floración, engordador de cogollos, enzimas y azúcares, etc. Siendo lo más estándar usar enraizante y sendos abonos de crecimiento y floración. Dentro de los mismos, recomendamos usar la misma gama de productos en cada cultivo y utilizar marcas con cierta reputación en la medida que la economía os lo permita.

 

En los abonos también hemos de reconocer que, generalmente, los químicos o de origen mineral suelen ser más efectivos que los orgánicos o biológicos. No obstante, no son pocos los que prefieren utilizar los segundos para conseguir una producción más saludable (nada que nos deba preocupar o perjudicar, más de lo propio del consumo, si hacemos un buen regado y limpieza de las raíces al final del cultivo).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Clima:

Aquí, lógicamente, debemos hacer una distinción entre cultivos exteriores e interiores.

 

Evidentemente podremos conseguir mejores resultados, por lo general, en cultivos de interior. La razón es simple: podremos controlar a nuestro antojo el ambiente de cultivo de nuestras amigas. En exterior (salvo invernaderos), dependemos fundamentalmente de las condiciones climatológicas de la naturaleza. Es por ello que se eligen los meses más secos y calurosos para cultivar en exterior.

 

En interior la cosa cambia. Podremos controlar los parámetros de nuestro cultivo con un termo-higrómetro y cambiar sus valores en función de nuestras necesidades y requerimientos. Así, por ejemplo, si el calor es excesivo por el tipo de foco usado o la estación del año en que cultivemos, podremos usar extractores, intractores o equipos de refrigeración de forma complementaria o alternativa.

 

La humedad en interior podrá controlarse de la misma forma, favoreciendo la ventilación o con un deshumificador en caso de exceso de humedad; o simplemente colocando un recipiente con agua o pulverizándola con un difusor en caso de sequedad.

 

Respecto a la luz, todos sabemos que el proceso de fotosíntesis es la clave para el crecimiento y desarrollo de cualquier vegetal.

 

Parece evidente que, dentro de unos valores térmicos adecuados y respetando los ciclos de la planta, mayor cantidad de fotones (lúmenes), favorecerá un mejor desarrollo.

 

Estos tres factores cambiarán no solo cuando hablemos de cultivos de exterior o interior, sino también, en las diversas modalidades de cultivo: ya sea en maceta con turba, coco o fibra, en tierra madre o cultivos hidro o aeropónicos, etc.

 

Las autoflorecientes, al disminuir su ciclo de desarrollo al mínimo posible, generalmente no admiten muchos otros trucos/cuidados aparte de los básicos.

Dicho esto, vamos a intentar hacer una enumeración de algunos de los trucos más utilizados para favorecer el desarrollo floral, y consecuentemente, obtener una mayor producción cannábica.

 

  • En las feminizadas: no plantar directamente sobre la maceta definitiva, sino proceder con diferentes trasplantes (suele hacerse uno o dos: plántula a maceta y/o antes de la floración) a macetas de mayor tamaño, de forma escalonada.

 

  • Métodos menos económicos como el uso de sistemas de CO2 o equipos de ozono podrán favorecer un mejor resultado final. Normalmente la afición no usa este tipo de sistemas, son más utilizados por cultivadores profesionales o bancos de semillas.

 

  • La poda selectiva en feminizadas (algunos cultivadores también practican según que podas en autoflorecientes, aunque no lo aconsejamos), ayuda a un desarrollo mayor en las ramas y cogollos. Normalmente se aconseja la poda de hojas y ramas bajas, aunque en este punto, os remitimos a artículos específicos sobre poda.

 

  • El tutorar las plantas, sean feminizadas o autoflorecientes, ayuda a que el esfuerzo de la planta se centre, no tanto es fortalecer tronco y ramas, sino enfavorecer un mayor número de inflorescencias y engordar el cogollo.

 

  • Con los sistemas de cultivo como los métodos SCROG/SOG puede ganarse en eficiencia productiva, consiguiendo con un menor número de plantas, una buena cosecha.

 

  • No estresar a la planta durante el ciclo de floración. Es decir, no hacer podas, no someterla a estrés térmico, no trasplantarla, etc.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conclusión:

Como veis, no siempre cantidad y calidad pueden ir unidas. En ocasiones, para obtener mayor producción tendremos que acudir a determinadas variedades, y no a otras que quizás puedan agradarnos más. Ciertas prácticas o trucos para favorecer la potencia aromática y efecto psicoactivo, suelen ser contrarios a la obtención de grandes producciones.

 

Lo ideal no es sacrificar uno en pos del otro o al contrario; la virtud está en encontrar el equilibrio entre la obtención de una buena producción para satisfacer las necesidades de cada cual, pero sin despreocuparnos de su calidad. Recordad que no siempre menos es más y viceversa. ¿Preferís un solo cigarro con más sabor y efecto o estar fumando varios de ellos de menos calidad para conseguir ese efecto?

 

No existen milagros, solo ayudas. El secreto para conseguir ese tesoro no es otro que la práctica, el correcto cuidado de nuestras amigas y la paciencia.

Cómo aumentar la producción de marihuana

bottom of page